PANEs y RAMAS. Los discursos y las interrelaciones de los PANEs (NSWPs) y los partidos con ramas autonómicas

Los partidos descentralizados o delegados, y los partidos federados, como, por ejemplo, el Partit Popular Català (PPC de PP), en el primer caso, o el Partit dels Socialistes de Catalunya, en el segundo (PSC de PSOE), se diferencian con ciertos matices respecto a los Partidos de Ámbito No Estatal (PANE).


 Por caso, los partidos con organización estatal tienen que trabajar en mayor medida la estructura, clarificar la distribución vertical de poder y armonizar su discurso en función del territorio en el que se encuentre, significando eso ciertas limitaciones o cambios en el discurso que pueden deberse bien a controversias para consensuar postura, conflicto de intereses respecto al nivel competencial o a la necesidad de defender la propia esencia de cada una de las vertientes como factor diferenciador.

 Ejemplo de ello es el diferente posicionamiento que utiliza el PP o el PSOE a la hora de defender posturas o incluso llegar a acuerdos gubernamentales que discrepan lo defendido entre el relato nacional y el territorial, como puede ser a la hora de hablar del cupo vasco en territorio vasco o fuera de el, el convenio navarro, las contradicciones en discursos electorales respecto a los pactos de gobiernos alcanzados por sus partidos a nivel autonómico y local, o incluso temas variados que no pueden afectar de manera horizontal entre comunidades autónomas como son los aspectos hidrológicos relativos a los trasvases, entre muchos otros.

 En cambio, los PANEs gozan de un discurso único, donde sus demandas cobran más fuerza y su electorado es más estable que no los partidos con ramas autonómicas (recordemos que para estos últimos casos se aplica la lógica del votante dual y el abstencionista diferencial)((Anduiza y Bosch, 2012). Es por ello que los partidos políticos con tejido estatal se encuentran en la necesidad de competir contra partidos que “juegan en casa” presentándose ante un electorado que los vea como no dependientes a las instancias centrales –aunque no sea así, como ocurre con el PPC–, y teniendo que adoptar discursos con alto contenido regionalista por parte de sus lideres autonómicos.


En cuanto a la interrelación, estos partidos se nutren de la importancia de su condición no estatal o nacionalista para la gobernabilidad, ya que reciben mayores incentivos para un sistema de negociación continua debido a que los PANEs –a diferencia de “los partidos filiales o franquicia”–, adquieren un mayor peso para ver satisfechas las demandas autonómicas a la hora de entablar negociaciones con el gobierno central –para pactar los Presupuestos Generales del Estado, por ejemplo.  

En esta línea, Pablo Simón clarifica muy bien que los partidos estatales gobernantes obtienen mejores resultados electorales a costa de los partidos nacionalistas si a) arrancan procesos de descentralización y b) las reformas son lo suficientemente ambiciosas para atraer a los votantes interesados en ellas (Simón, 2012). 

En todo caso, la transformación de estos partidos van de la mano con el desarrollo del estado de la autonomía y no puede comprenderse su evolución sin las agencias regionales, las cuales surgieron como fruto de la diversidad y la expresión del regionalismo.

Por lo tanto, a simple vista podría parecer que los PANE han sido los que mayor evolución han tenido, sin embargo, los partidos con ramas autonómicas han tenido que ser más camaleónicos y, por ende, más evolutivos que estos, dado que la competición a nivel autonómico ha estado siempre más condicionada para partidos con sede estatal a la hora de armonizar discurso o de buscar su adaptación. En todo caso, los sistemas políticos de España y el resto de sus Comunidades son asimilables, ya que ambos son conformados a partir del mismo sistema constitucional y estructurados sobre un sistema institucional multinivel, por lo que la pregunta sobre su evolución queda abierta y en actualización constante.


Referencias: 

 

 

· Anduiza Perea, E. Bosch, A. (2012). Comportamiento político y electoral. Barcelona: Ariel. 

·  Lijphart, A. (2012). “Modelos de democracia”, Ariel: p.59-64, 177-188, 203-214. 

 

·Colomer, Josep M. (1998). "The Spanish ‘state of autonomies’: Non-institutional federalism." West European Politics 21.4: p.40-52. 

 

·Culla, Joan. (2017). “El tsunami. Com i per què el sistema de partits català ha esdevingut irreconeixible”, Pòrtic: p. 49-92, 123-196. 

 

·Pallarés, F., J.R. Montero y F. Llera (1997). “Non State-wide Parties in SpainAn Attitudinal Study of Nationalism and Regionalism”, Publius, 27: 135-169. 

  

·Astudillo.(2010, 04) Una primera aproximación cuantitativa a la descentralización de los partidos de ámbito estatal en el Estado de las Autonomías: ¿hay diferencias entre el PSOE y el PP? REAF: p. 330-362. 

 

·Arbós, X. (2009). “Las relaciones intergubernamentales en el Estado autonómico”, Institut d´Estudis Autonòmics: p. 13-16, 41-62. 

  

·  Solozábal, J. (2002, 09). “Partidos nacionalistas y partidos nacionales en el Estado autonómico”, Revista de Libros.

 

·  Simón, P. (2012, 03). “La descentralización política como estrategia electoral. Politikon.

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