La mutación del sistema de partidos en España, los retos para el 2019.

 El cambio del paradigma político en España es ya una realidad, y el sistema de partidos –entendido como el conjunto de partidos de un país y las pautas de relación que estos mantienen entre ellos en términos de competición y posición en el espectro ideológico– es uno de los principales afectados.


 Actualmente, el sistema de partidos en España había gozado de cierta estabilidad hasta las elecciones generales de 2015, donde la mayoría absoluta del PP desde 2011 y el sistema bipartidista imperfecto de las legislaturas anteriores habían encontrado su fin ante un clima multipartidista de tipo pluralista limitado o moderado –como clasifica Sartori (1976) en Parties and party Systems



Empero, la teoría de Sartori ha chocado con la dinámica de la política española en tanto que este tipo de sistemas pluralistas deberían seguir unas pautas como, por ejemplo, una estructura de coaliciones de tipo bipolar, gobiernos de coalición o una competencia electoral centrípeta, es decir, los partidos compiten por converger hacia el centro del espectro ideológico, sin embargo, existen criterios que no se cumplen ya que la formación de gobiernos en minoría –apelando únicamente a los apoyos para la investidura– en lugar de apostar por formar gobiernos que abarquen una mayoría parlamentaria o la tendencia hacia estratégicas centrífugas –escorándose cada vez más hacia los extremos como podría entenderse en una primera impresión con el fenómeno VOX– alejan del modelo ideal a nuestro sistema.

Las últimas elecciones autonómicas en Andalucía hacen gala de ello y resultan un buen ejemplo para entender el cambio de escenario que vivimos. En primer lugar, la aparición de VOX en el Parlamento autonómico supone la armonización política  respecto al auge del resto de formaciones de extrema derecha en Europa, donde el peso de la inmigración y la insatisfacción ciudadana por abordar el problema catalán –nacionalista– han sido factores clave de su aparición y, en segundo lugar,  la lectura electoral, dado que ya no pesa tanto el eje ideológico como antaño a la hora de determinar el voto, sino que ahora los ciudadanos deciden su voto en fechas cada vez más próximas a los comicios, las encuestas son cada vez más imprecisas y los debates giran entorno a temas concretos fijados por el Agenda Settingen lugar del peso programático e ideológico de cada partido.

Mair (2006) en Party System Changeexpone que las transformaciones de los sistemas de partidos son inevitables. De hecho, estos sistemas al no ser fijos responden perennemente a cambios exógenos que producen cambios en la estructura de competición ocasionando que los sistemas de partidos cambien 1) cuando haya un cambio en el patrón de la alternancia de gobierno, 2) cuando surja una nueva alternativa de gobierno o, 3) cuando un nuevo partido o coalición acceda al poder. Pues bien, estos patrones parecen estar cumpliéndose en Andalucía, donde por primera vez parece ser que existirá una alternativa al gobierno del PSOE en la Junta de Andalucía debido al cambio de patrón que formará el aparente e inminente acuerdo del PP con Cs para acceder por primera vez al gobierno.

La cuestión es, ¿estamos ante una transformación de los sistemas de partidos en España que viene para quedarse?. De todas formas, lo que es seguro es que la construcción de acuerdos políticos ante un clima tan volátil será uno de los nuevos retos para afrontar después de los comicios de 2019.

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